Por: Billy Sánchez
Especial para Islanewspr.com
Visité recientemente, el nuevo restaurante arecibeño “La Biblioteca”. Un establecimiento que reúne el concepto de restaurante, barra de cócteles y salón de tomar café. Está instalado en las facilidades de lo que por muchos años fue la biblioteca pública del pueblo de Arecibo, un edificio Que devastado por el huracán María. Sin embargo, nadie sospecharía semejante destrucción al visitar ese establecimiento actualmente.
El acomodo del mobiliario, la cocina abierta visible desde las mesas para comer, el piano coronado por una foto clásica de James Dean y el protagonismo evidente de los libros en cada rincón del interior del salón accesible a los clientes, crean una atmósfera acogedora y relajante que invita a ponerse cómodo para estudiar el menú de comida y el de cocteles, que se le entregará al pasar a su mesa.
Una vez escogí lo que comería, no me decepcionó. Una hamburguesa preparada al término requerido, con ingredientes de calidad y deliciosa. El detalle de ir a comer a La Biblioteca no obstante, es que el menú de comidas resulta ser una serie de aperitivos o platos livianos; en el cual el único plato principal podría variar según la propuesta del chef, sin que haya opciones. No es un menú de platos fuertes para cenar o para comer un almuerzo pesado.
En contraste, el menú de cócteles describe una serie de tragos elaborados con creatividad y con elementos muy variados, que no guarda una proporción balanceada con lo informal del menú de los platos. Todos ellos a un precio, sin duda elevado. Estos extremos no permiten al cliente encontrar un equilibrio; entre las cervezas de precio accesible que se ofrecen allí y que son las que se sirven comúnmente en casi todas las barras del país y los costosos cocteles cuidadosamente elaborados, del menú que presenta La Biblioteca. Al momento de visitar el establecimiento no ofrecían cervezas artesanales, de distribución limitada o exclusiva, ni las llamadas cervezas premium. De otra parte si usted desea un trago clásico como vodka con agua carbonatada y limón, debe ordenarlo así en detalle porque la mesera no le explicará que esa es una opción; ya que el objetivo evidente es que usted se aventure al menú de cocteles. Así que queda esa asignación, para los clientes decididos.
Ya cerca del momento de la partida, es de notar que existe un protocolo para desinfectar cada silla y mesa una vez se han marchado los clientes. En este lugar, hay espacios al aire libre que bien acomodan pequeños grupos de personas para disfrutar del ambiente de forma segura. No es irrazonable para mí dado lo vivido, creer que La Biblioteca una vez desarrolle su potencial y encuentre su equilibrio, será un espacio agradable y delicioso en el cual degustar un rico bocado, café o trago mientras se conecta uno con el valor de la literatura clásica. Todo lo cual resulta, en una combinación insuperable.