(Ibelís Rodríguez Cosme, PsyD; Psicóloga Clínica)
Hospital Metropolitano de la Montaña
Cada nuevo año, la sensación de nuevos comienzos motiva a las personas a establecer metas para los próximos meses. Estas metas frecuentemente están relacionadas a la pérdida de peso, comenzar un nuevo trabajo, o la adquisición de algo material, pero son pocos los que incluyen dentro de su lista un elemento sumamente importante: la salud mental. Luego de un año lleno de muchos estresores a nivel mundial, nos encontramos ante un momento crucial para comenzar a atender con mayor intención y propósito nuestra salud mental. Según datos de las Naciones Unidas, casi mil millones de personas en el mundo viven con un trastorno mental, cada 40 segundos alguien muere por suicidio, y la depresión se ha convertido en una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre menores.
Estos datos ya existían antes de la pandemia por el COVID-19 y es de esperarse que continúen en aumento. En Puerto Rico, por ejemplo, se registró durante el 2020 un aumento de 431% en las llamadas de emergencia a la Línea PAS de ASSMCA (Asociación de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción) solicitando servicios en comparación al 2019, para un total de 903,000 llamadas. Esto es evidencia del estado psicológico en el que se encuentra nuestra población. Considerando estas cifras, es normal que el comienzo del 2021 represente un reto al momento de establecer metas para el futuro. Cuando nuestra salud mental se ve afectada, se nos hace más difícil mantener el optimismo, la esperanza y la motivación ante la incertidumbre por lo que vendrá y la frustración por todas las metas que no se pudieron realizar en el año que culminó. Por tal razón, es el momento propicio para que le demos prioridad a nuestra salud mental dentro de nuestras metas de año nuevo.
En el 2021 podemos proponernos mejorar nuestras relaciones interpersonales. Aunque continuamos practicando el distanciamiento físico, ahora más que nunca podemos fortalecer los lazos emocionales con nuestros seres queridos, y aun con extraños, siendo generosos y empáticos. También debemos fortalecer el amor propio, el autocuidado y la autoestima. Este año podemos darle un nuevo enfoque a la salud física, atándola a la salud mental. Por ejemplo, podemos hacer dieta y ejercicios, no solo por la apariencia física, sino por nuestra salud integral. Dormir bien y tomar recesos es un recurso que constantemente subestimamos y al que debemos dar mayor importancia este año.
Además, podemos prestar más atención a estimular nuestro cerebro con juegos como rompecabezas o crucigramas, y con la lectura; fortalecer nuestra espiritualidad; limitar nuestro tiempo en las redes sociales; comenzar a decir no a las cosas que afectan nuestro bienestar y hacer más de aquello que nos trae felicidad. Sobre todo, este puede ser el año para comenzar a buscar ayuda profesional si hasta el momento no lo hemos hecho. Son muchas las metas que nos podemos trazar para este nuevo año, pero sin salud mental, difícilmente las lograremos. Por eso, en el 2021, que nuestra meta principal sea nuestro bienestar integral.