Ya nada será “normal”
Por Ivelisse Arroyo Pérez *
Consultora en mercadeo y servicio al cliente
San Juan, Puerto Rico – El COVID-19 estará entre nosotros por un buen tiempo. Cuando el virus llegó sorpresivamente en marzo 2020, el mundo de los negocios tuvo que adaptarse de forma rápida. Unos más rápido que otros, han logrado permanecer a flote con los retos que ello representa. Algunos negocios auscultan la posibilidad de regresar a sus operaciones “normales”. Sin embargo, considero que es tiempo de que las empresas acepten que ya nada será “normal”.
Es necesario dar el paso a una reestructuración y evolución de cómo los negocios operan y realizar cambios a largo plazo. Aunque muchos ya lo están haciendo, hay otros que aún presentan resistencia a este cambio inevitable. Retrasar esta transformación puede ser perjudicial para el crecimiento sostenido de los negocios. Esta transformación no significa que abandonen su esencia, más bien les da la oportunidad de transformarse, reencontrarse y redefinir lo que ya tienen en algo que les permita crecer aún en medio de la incertidumbre, y a su vez, lograr estabilidad operacional en un momento tan incierto como el que vivimos.
Les comparto algunas recomendaciones que a un año y medio deberían auscultar durante el proceso de reflexión:
- Si eres un empresario que tuvo que adaptar su negocio a uno virtual para mantenerte a flote, recomiendo que esta manera de hacer negocios la mantengas de forma permanente y evalúes estas dos áreas:
- Mercadeo y publicidad. La manera de promocionarte o realizar los esfuerzos de mercadeo, ventas, establecer relaciones de negocios, etcétera, tienen que adaptarse a la realidad. Esto requiere estudiar constantemente el mercado y a tu cliente potencial, y estar muy al pendiente de sus pasos y necesidades. Este análisis te permitirá desarrollar estrategias puntuales que logren que el consumidor considere, evalúe y finalmente elija tu producto o servicio. Enfoca tus esfuerzos en sus necesidades bajo las circunstancias actuales, no bajo circunstancias “normales”. Ejemplo: Aunque sepas cómo venderle hielo a un esquimal, en este momento, el hielo no es lo que el esquimal necesita. Tal vez necesita el recurso del “agua” en otro estado que no sea hielo.
- Operación. La fuerza laboral ha jugado un papel crucial durante la pandemia. Muchos trabajadores, en su mayoría mujeres profesionales, tuvieron que decirles adiós a sus empleos porque, ante la incertidumbre, se les hizo difícil a patronos realizar los ajustes de forma rápida. La realidad es que muchos pensaban que regresarían a la “normalidad”. A un año y medio, ya tienen una visión más clara y es un buen momento para evaluar y realizar ajustes. Se ha levantado una fuerza laboral que conoció el valor que tiene mantener un balance personal-laboral en sus vidas. Pasaron más tiempo con sus familias y esto trajo consigo una transformación en sus prioridades que antes no consideraron.
Estamos experimentando un mercado laboral de trabajadores que evalúan a su patrono o potencial patrono, optan por seleccionar aquellos flexibles y que los valoren, donde puedan ser exitosos y aportar al crecimiento de la empresa, y también disfrutar de su familia o vida personal. Esto abre la oportunidad para las empresas de rediseñar la operación teniendo como política un balance. Un empleado feliz y valorado se compromete a largo plazo, ejecuta con mayor precisión y muestra mejor rendimiento. Sobre todo, muestra sentido de pertenencia, aprecio y respeto por su patrono.
- Educación. Otro tipo de negocio que tuvo que adaptarse cuando llegó el COVID-19, fueron las instituciones educativas. Recomiendo que, si tuvieron éxito en la implementación de la educación online, específicamente los colegios privados de grados primarios a secundarios, mantengan esa alternativa de oferta virtual.
La población infantil en general ha disminuido sustancialmente en Puerto Rico, por lo tanto, expandir la oferta más allá de su zona geográfica tiene un potencial de crecimiento sostenido. Existen millones de padres fuera de la Isla buscando alternativas virtuales por diversas razones. En ocasiones, dichas razones tienen que ver porque su estilo de vida ha cambiado a consecuencia de la pandemia. Hay un mercado fértil de padres buscando alternativas educativas privadas que se adapten a las necesidades de sus hijos. Dichas necesidades pueden ser desde cubrir las necesidades de sus hijos de educación especial, hasta ofertas académicas especializadas según los intereses de los menores, necesidades de obtener una formación integrada, o que estén más a tono con las convicciones religiosas o de conciencia de sus familias. En fin, las razones son múltiples, y las oportunidades están allá afuera.
En resumen, la clave de esta reflexión y análisis sobre cómo traer cambios que beneficien a nuestro cliente interno y cliente externo, debe hacerse bajo la realidad actual y no partiendo de la premisa de que volveremos a vivir “normalmente”. Reconocer nuestra realidad es el primer paso en la dirección correcta.
- Ivelisse Arroyo Pérez es consultora de negocios en mercadeo y servicio al cliente con sobre 7 años de experiencia. Propietaria de Curao’ Marketing & Business Consulting Firm y Scentonality.com. Tiene un Bachillerato en Administración de Empresas con concentración en Contabilidad, estudios de maestría en Consejería Psicológica, Literatura, Ciencia y Lenguas Extranjeras. Para más información visita www.curaomarketing.com en la Internet, o escribe a iarroyo@curaomarketing.com.