El arte es una forma de expresión que toca los sentimientos de una persona a través de las manchas que las manos del artista crean. “La pintura es manchar”, así lo indicó Norberto Ruíz Nieves, primer hatillano en presentar sus obras en el Salón Multiusos del antiguo Edificio de Medicina Tropical del Capitolio, con la exhibición “Manchando Lienzo”.
La exhibición, dedicada a su esposa, Josefina Adrover, surge como parte de la conmemoración de los 45 años de la Superintendencia del Capitolio y en ella se realizarán recorridos de las obras del artista.
“El 13 (de octubre) fue el corte de cinta. A mí me impresionó, porque no esperaba que fuera de esa manera”, expresó el pintor hatillano y añadió “casi siempre las exposiciones se hacen en el Capitolio, en un pasillo que hay. Lo bueno de todo esto es que abre camino para otros artistas. Ya está ese salón que se preparó para eso, para exhibir.”
Según Ruíz Nieves, la exposición es individual, y esto no es fácil para un solo artista. Además, indicó que el estilo de la exhibición es una retrospectiva, de manera que seleccionó obras dentro de un periodo de tiempo hasta la actual.
Un total de 32 obras pueden ser apreciadas en la exhibición como parte de la retrospectiva escogida por el artista. Las pinturas mayormente son de óleo sobre lienzo, sin embargo, entre las obras se encuentra un dibujo que representa a Ricardo Alegría, responsable de todos los centros culturales y la escuela de artes plásticas.
Otra de las obras que se puede apreciar es “Mamá Moncha”, una de las pinturas más significativas para el artista, no sólo porque es un retrato de la madre de crianza de su esposa, Josefina, sino porque tuvo excelentes críticas e hizo que el pintor fuera cotizado en las galerías, dado a la técnica y los detalles que en ella se presenta.
En sus obras se puede ver una fusión del realismo y el impresionismo, dos técnicas artísticas que Norberto utiliza mucho en sus pinturas, ya que no solamente pinta una interpretación de lo real, sino que les introduce color a algunos aspectos de la obra. “Lo que más me gusta ahora son esas dos técnicas, pero más tirando hacia el impresionismo. El realismo a veces lo llevo en algunos detalles cuando hago fotos, pero a veces en los fondos o en la vestimenta me suelto completamente”, explicó el colorista.
La exposición fue muy conmovedora para el hatillano, ya que no esperaba ver a algunas personas que fueron parte de su vida como maestro de artes visuales en la antigua escuela, Juliet A. Casey, del pueblo de Hatillo.
Fue a través de su exalumno y trovador, Omar Santiago, que el arte se esparció por la sala, con décimas al son del cuatro.
“Andrés Hernández, otro de los exestudiantes míos y quien es profesor ahora, fue quien me presentó. Mientras él hablaba de mi biografía, Omar se pasaba captando todo y de momento suena un cuatro y una guitarra, y comienza la décima” detalló el pintor sobre una de las actividades que más lo conmovió dentro de la inauguración.
Sus exalumnos no solamente fueron los únicos que causaron una emoción en el artista, debido a que una de las pinturas realizadas por Norberto cobró vida cuando Víctor “Vitín, el barbero” Concepción asistió a la exhibición con su vestimenta de época.
“Lo más curioso es que parecía que había salido de dos obras que tenía allí. La gente se maravillaba porque decían «mira para allá salió el barbero de la obra y caminó entremedio del público.» Eso fue algo que me encantó y yo creo que es algo nuevo, yo creo que no se había hecho algo así”, comentó el artista plástico.
Sobre por qué pinta, el artista comentó “los pintores nacemos. Se nace artista. Lo peor que le pueden decir a una obra es «Qué lindo»”, y añadió “si te dicen «esto me hizo llorar, me recordó a fulano de tal, o me hizo reír, me ha puesto tan contento, me recordó a mi padre o a mi madre» eso es una obra que está transmitiendo un sentimiento y esa es la importante, no es la que se queda superficial.”