OPINION: La gran ironía del agua: cae pero no llega

 

Por: Carmen Maldonado

Alcaldesa de Morovis

 

El tremendo evento de torrenciales lluvias que ha experimentado la parte norte de Puerto Rico evidencia nuevamente que somos un país con una gran cantidad de recursos acuíferos que están siendo malamente administrados. Mientras nuestros vecinos en Dorado y Vega Baja reciben del cielo entre 10 y 12 pulgadas de lluvia en una sola jornada, en Morovis llevamos años exigiendo que la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) cumpla con su obligación legal de proveer un servicio, al menos aceptable, de agua potable a nuestras comunidades. 

 

Por años se han anunciado propuestas, voceado millones en fondos federales y explicaciones técnicas de todo tipo. Pero la realidad es que no hay solución a la vista. Irónica es la historia vivida cuando luego del paso del Huracán María, la situación de la falta de agua se agravó, y en el Municipio tuvimos que separar fondos de los menguados recursos que tenemos para comprar dos camiones cisterna usados en el estado de la Florida. Se comprarlos los mismos, se embarcaron y llegaron del muelle de San Juan a dar servicio a Morovis, mientras los camiones de la AAA nunca llegaron. 

 

Cierto es que tanto el director regional como la presidenta ejecutiva Ing. Doriel Pagán Crespo siempre contestan nuestras llamadas, las reuniones solicitadas siempre se conceden en fechas aceptables, pero el problema está en que yo, como alcaldesa, llevo cinco años participando de reuniones y viendo presentaciones digitales.

 

Asoma también las alegaciones de discrimen político partidista, pues con los vecinos pueblos de Orocovis y Ciales no pasa lo mismo, pero sí doy fe de que asesores del Municipio descubrieron que alguien, en el pasado mes de diciembre, apagó deliberadamente el equipo de bombeo y la planta eléctrica de la AAA en Morovis. La querella se sometió y dos meses después “la investigación continúa”, aunque el director regional, sin iniciar la investigación, declaró a un medio de prensa que no hubo mano criminal. 

 

Mientras todo esto sucede, en el Municipio iniciamos un plan de distribución de cisternas entre las familias más necesitadas, con niños pequeños, personas en edad avanzada o con impedimentos. No nos hemos detenido en clamar por el derecho de nuestra gente a tener agua. Irónico es además que aunque la AAA no ha sabido resolver el problema, no fallan en enviar facturas todos los meses, con la amenaza de “cortar el servicio” si el abonado no paga. 

 

El pasado viernes, le solicité por escrito al gobernador Pedro Pierluisi que haga la petición formal al presidente Joe Biden y declare estado de emergencia en Morovis por la crisis de la AAA. De esa manera, se pueden activar los mecanismos federales de asignación de fondos para dar curso a soluciones para nuestro pueblo moroveño. Agua para Morovis, justicia para nuestra gente, esa es la consigna.

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