En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la Cámara de Representantes homenajeó a varias mujeres, entre ellas Doña María Victoria ‘Lotty’ Aymat Vélez, natural de Lares y quien fue presentada por el representante de distrito, Jorge Alfredo Rivera Segarra. “Doña Lotty es un ejemplo del valor y el ejemplo de la mujer puertorriqueña. Nació en Lares, Puerto Rico el 14 de julio de 1945, hija de Don Miguel Aymat y Dolores Vélez. Reside con su esposo, el Agrónomo Jose Bernardo Morales Jiménez en el barrio Caguana de Utuado. Madre de Angela del Carmen Morales Aymat y Jose Daniel Morales Aymat, abuela de Sara Isabel Cucurella Morales y Galilea Morales Vélez, es una mujer sin límites”.
La homenajeada ha estado atada con amor a la tierra, y desde su crianza en la finca de su padre, en el barrio Mameyes de Utuado, aprendió y trabajó la tierra para así llevar la comida a los suyos. Rodeada de pequeñas hortalizas, siembras de café, cacao, cítricos y farináceos adquirió el conocimiento basto de lo que es la agricultura y el amor por ella. Su dedicación por su familia, por su gente y por la agricultura llevo a Lotty Aymat, como bien conocemos a ser un ejemplo a seguir, a ser una mujer sin límites.
Establecida en el barrio Caguana, logró junto a su esposo mantener una finca de sobre 20 cuerdas en un inicio, de café y cítricos mayormente, y otros cultivos a menor escala. El rol de Lotty fue siempre estar en la finca, observando y dirigiendo todo lo que de niña aprendió, el amor por la tierra.
Lotty siempre fue una mujer líder y empoderada. Sus estudios en cosmetología la llevo a tener dentro de la misma finca, un salón de belleza. Le daba su toque único a hombres y mujeres en todo el barrio, sin salir del cafetal y sumado a eso, tuvo un cuido de niños el cual pudo enseñar valores sin salir del cafetal. Luego de estos proyectos los cuales ella dirigió y amó, dio paso al más importante de su vida, la creación de Café Gran Batey.
“Especializándose en calidad de café, logró para finales de los 90’s comenzar a ensamblar junto a su familia lo que es hoy día, la torrefacción y marca: Café Gran Batey; por su puesto, desde su cafetal para el mundo. Lotty desarrolló un espacio mágico donde visitantes de todas partes del mundo, vienen a visitarla para tomar su café de greca y su pan de maíz. Vienen de todas partes del mundo a verla batir la leche y escucharla hablar sobre su historia y sobre lo que es su café.
El orgullo y la responsabilidad de una gran mujer, lleva 7 décadas corridas a levantarse todos los días, ponerse un uniforme del café y arrancar a llevar amor y conocimiento taza a taza a sus seguidores y visitantes”, añadió el legislador.