Asambleas, reuniones virtuales, y medios alternos para esparcir el mensaje resultan en crecimiento.
Sería muy raro que Mabel Rosario dejara pasar más de unos pocos días sin salir a tocar una puerta o visitar una estudiante de la Biblia como parte de su ministerio voluntario. Pero eso de repente cambió cuando en la primavera de 2020 los testigos de Jehová suspendieron su ministerio público, las reuniones y las asambleas en persona. Esta residente de Aguada admite que soportar el confinamiento que produjo el COVID-19 no fue fácil. Sin embargo, a dos años de la pandemia, está más activa que nunca en la obra de predicar sin salir de su casa.
Aunque la timidez y el no ver el rostro de la gente con quien hablaba fueron retos que tuvo que vencer, se siente feliz de compartir con otros el mensaje de la Biblia mediante escribir cartas y hacer llamadas telefónicas. Recientemente, recibió respuesta a una de sus cartas. “La persona expresó agradecimiento por el ánimo que recibió y terminó su comunicación así: ‘Por favor, no pare de dar esperanza al mundo’”.
Con este cambio histórico, la cantidad de testigos de Jehová aumentó un 3% durante el 2021 en los Estados Unidos -incluyendo Puerto Rico y las Islas Vírgenes Estadounidenses- igualando el aumento más importante de la organización durante la pasada década, y el segundo aumento porcentual más grande desde 1990.
“El mantenernos activos en nuestro ministerio, pero seguros, ha tenido un poderoso efecto entre nuestros integrantes y en las comunidades”, explica Robert Hendricks, portavoz de los testigos de Jehová en los Estados Unidos. “La decisión sabia de no reanudar actividades en persona prematuramente nos ha unido y ha preservado vidas mientras consolamos a mucha gente que tiene gran necesidad. Los resultados hablan por sí solos”.
Para personas como Teresa Villaprado, de 73 años y paciente de cáncer, el ministerio virtual ha significado cambiar su cartera con libros y revistas por una conexión a internet, computadora portátil y teléfono inteligente. Y en vez de calzado para caminar, ahora usa pantuflas. Regularmente, Teresa comparte un mensaje de esperanza con miembros de la comunidad de Levittown en Toa Baja donde reside y hace “visitas” semanales por teléfono hasta a 30 personas cada mes.
El año pasado la organización internacional informó máximos sin precedentes en el número de personas que participan en la obra voluntaria de predicar, en asistencia incremental a las reuniones por Zoom y más de 171,000 nuevos creyentes bautizados. De hecho, en los pasados dos años se han bautizado más de 400,000 testigos de Jehová por todo el mundo.
Algunos, cuya participación y asistencia a los servicios religiosos había disminuido debido a la edad o la mala salud, dicen sentirse con energías renovadas gracias a la comodidad de poder participar de las reuniones virtuales y el ministerio desde sus casas.
El matrimonio de Ernest y Carmen Vázquez, de 82 y 84 años respectivamente, luchan con el Párkinson, el cáncer en la piel, un marcapaso y miastenia gravis ocular, por solo mencionar algunas de sus condiciones de salud. A pesar de todo, a esta pareja de Río Grande se les puede llamar un dúo dinámico.
Los Vázquez usan Zoom dos veces a la semana para disfrutar de un programa de adoración y estudio bíblico con la congregación Fajardo English. Además, se reúnen en línea con un grupo de predicación durante la mañana y también algunas noches, con el objetivo de consolar a vecinos y familiares mediante llamadas telefónicas, cartas y mensajes de texto. Carmen, que trabajó como operadora de teletipo en el 1960 cuenta sobre su nueva relación con la tecnología: “si en aquel tiempo aprendí algo que para mí era bien complicado, pues esto no puede ser tan difícil. ¡Tengo que aprenderlo!”
Al compartir a distancia la esperanza de la Biblia, los sobre 23,000 testigos de Jehová en Puerto Rico, pueden cubrir rápidamente con el ministerio virtual las 3,435 millas cuadradas de la isla. El sitio oficial de internet de los testigos de Jehová, traducido a más de 1,000 idiomas, también ha impulsado el alcance de la organización.
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