Una comunidad rural de Gower, en Misuri, quedó asombrada después de que se diera a conocer que a los cuatro de años de haber fallecido la monja Wilhelmina Lancaster, su cuerpo fue exhumado y no presentó signos visibles de descomposición, lo que muchos han calificado como un “milagro”.
El cuerpo de la religiosa fue exhumado el pasado 28 de abril, pero no fue hasta esta semana que trascendió la asombrosa noticia, según The Kansas City. El lugar se convirtió rápidamente en un destino de peregrinaje donde han acudido grandes grupos solo para ver el cuerpo conservado de la monja.
La parroquia de Santa Juana de Arco de Musuri confirmó la noticia en su Facebook y asegura que el cuerpo de Lancaster “no fue embalsamado luego de su muerte”.
La monja “ha sido encontrada intacta cuatro años después de su muerte. Una máscara de cera se ve cubriendo su cara mientras ella está en este estado”, dice la publicación.
Las monjas benedictas decidieron desenterrar el ataúd de Lancaster para trasladarlo debajo del altar de la capilla del convento, como es costumbre.
“El personal del cementerio nos dijo que esperáramos solo huesos, ya que la hermana Wilhelmina fue enterrada sin embalsamar y en un simple ataúd de madera”, dijo a Newsweek una de las monjas de la congregación Hermanas Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, fundada por Lancaster cuando tenía 70 años.
Agregó que, cuando la Madre Abadesa Cecilia Snell miró a través de una grieta en el ataúd, notó que vio “un pie totalmente intacto con el calcetín puesto, igual que cuando la enterramos”.
Los creyentes dicen que la preservada imagen de Lancaster es una “marca de santidad”, pero no necesariamente hace que una persona sea candidata a la santidad.