El techo de la deuda es la cantidad máxima de dinero que el gobierno federal puede pedir prestado para financiar las obligaciones aprobadas por el Congreso
En una carrera contrarreloj, el presidente Joe Biden y la Cámara Baja han llegado a un principio de acuerdo para elevar el techo de la deuda y evitar un posible impago que tendría graves repercusiones en la economía del país.
El techo de la deuda es la cantidad máxima de dinero que el gobierno federal puede pedir prestado para financiar las obligaciones aprobadas por el Congreso. En la actualidad, el techo de la deuda se sitúa en 31,4 billones de dólares, y como el gobierno registra déficits presupuestarios, necesita pedir prestado para cubrir los gastos de funcionamiento.
Si Estados Unidos incumple el pago de su deuda, las consecuencias serían importantes y negativas. El gobierno no tendría dinero suficiente para hacer frente a sus obligaciones, lo que podría provocar retrasos en los pagos de la Seguridad Social, las prestaciones a los veteranos y los salarios de los empleados federales, entre otras repercusiones negativas. Además, un impago tendría graves repercusiones en la economía estadounidense y en los mercados financieros de todo el mundo, lo que aumentaría los costes de los préstamos y podría provocar una rebaja de la calificación crediticia del país.
Sin embargo, este acuerdo inicial ofrece esperanzas. La Cámara Baja, dominada por los republicanos, ha respaldado el acuerdo para elevar el techo de la deuda. El proyecto pasará ahora al Senado, donde los demócratas tienen mayoría. Es crucial que los legisladores aprueben esta medida antes del 5 de junio, fecha en la que el Departamento del Tesoro calcula que el país agotará sus reservas y se enfrentará a la posibilidad real de un impago de su deuda nacional.
El acuerdo propuesto elevaría el techo de la deuda durante los próximos dos años, prolongándose más allá de las próximas elecciones presidenciales. A cambio, se incluyen recortes del gasto público y requisitos adicionales para los programas de asistencia alimentaria y las familias vulnerables. Además, se agilizará el proceso de tramitación de los proyectos de infraestructuras, limitando el tiempo dedicado a los análisis medioambientales.
El destino del acuerdo está ahora en manos del Senado, y se espera que los legisladores tomen medidas rápidas para evitar una crisis económica. Permanezca atento a las actualizaciones, ya que el resultado de esta votación será decisivo para el futuro económico de Estados Unidos y su capacidad para hacer frente a sus obligaciones financieras.