La interna del Partido Republicano en la Cámara de Representantes de Estados Unidos está que arde. Nueve legisladores pugnan por obtener la nominación para presidir la Cámara Baja, un cargo estratégico que lleva vacante desde la revocatoria del republicano Kevin McCarthy el 3 de octubre.
Uno de los aspirantes es el número tres del partido, Tom Emmer, quien ya cuenta con el respaldo de McCarthy. Sin embargo, no está claro si obtendrá el apoyo del ala más radical y ultraconservadora del partido, el Freedom Caucus, que postuló a uno de los suyos: Byron Donalds.
El diputado afroamericano Donalds aseguró que de ser elegido presidente sus prioridades serán asegurar la frontera y aprobar presupuestos responsables. Los otros contendientes son Bergman, Hern, Johnson, Meuser, Palmer, Scott y Sessions.
Este nuevo intento se produce luego de que el ultraconservador Jim Jordan no lograra los votos necesarios el viernes pasado. La retirada de Jordan se dio ante la falta de apoyo incluso dentro de su propio sector.
La Cámara Baja lleva paralizada más de dos semanas sin presidente luego de la moción de censura contra McCarthy. Los demócratas postularon a Hakeem Jeffries, pero tampoco tiene los votos.
Mientras no haya acuerdo para nombrar “speaker”, no se pueden aprobar leyes ni presupuestos, en un momento clave para la ayuda a Ucrania y otros temas prioritarios. El caos legislativo refleja la profunda división del Partido Republicano.