A días de la celebración de las primarias en la mayoría de los partidos políticos en la isla me atrevo a decir que la desconfianza es la principal protagonista. Esta se acentúa con las denuncias de irregularidades en el proceso lo que pone en entredicho la pureza y transparencia de las transacciones que se realizan desde la Comisión Estatal de Elecciones (CEE).
Entre los efectos de la desconfianza en los gobiernos se encuentran la inacción, la poca participación y la apatía ciudadana. Además la desconfianza se asocia con la ausencia de legitimidad, lo cual, en el caso de los procesos electorales, implicaría poca validez de los resultados y un alejamiento de las determinaciones que realiza el gobierno. Este sentir dificulta la conexión entre el gobierno y la ciudadanía y por ende el establecimiento de políticas públicas que atiendan las necesidades del pueblo.
La desconfianza que existe en gran parte del electorado podría resultar en una baja participación en las primarias y en las elecciones generales. Esto tendría el efecto de replicar lo ocurrido en los resultados de las elecciones generales de 2020 cuando el ganador y actual gobernador Pedro Pierluisi obtuvo menos de un 35% del total de los votos. En otros países esto implicaría realizar una nueva vuelta ya que el ganador debe tener más del 50% de los votos registrados, sin embargo en PR este requisito es inexistente.
Estudios apuntan a que desde la década de los setenta aumentó la desconfianza entre los votantes en los partidos y procesos electorales. En Puerto Rico, esa desconfianza, en mi opinión, aumentó posterior a lo ocurrido en 2020, cuando por primera vez en la historia las primarias se extendieron por dos días debido a irregularidades en el proceso. Todavía los electores recuerdan la aparición y desaparición de los famosos maletines, irregularidades con la adjudicación del voto adelantado al igual que la extensión en el horario de votación, que en algunos centros cerró posterior a las 9 de la noche.
A pesar de lo ocurrido, hoy, cuatro años después, la prensa reseña irregularidades en los procesos que lleva a cabo la CEE. Desde endosos fraudulentos hasta errores en las papeletas son algunas de las noticias con las cuales el país se levanta. En medio de los adelantos tecnológicos al parecer la comisión se mantiene atrasada en medidas de análisis de datos y seguridad que garanticen los procesos que se realizan en línea o vía correo tradicional. Esto incide en la percepción de los electores y genera mayor desconfianza en el sistema.
Ojalá los errores señalados se superen de cara a los comicios electorales de noviembre. Desde el punto de vista de las relaciones públicas, me parece demasiado corto el tiempo para devolver la confianza a los ciudadanos en cómo se maneja el voto desde la comisión. Le toca a los funcionarios de la CEE y a los aspirantes demostrar la pureza y transparencia en lo que a mi juicio es uno de los eventos más importantes del país.
Sobre Aracelys Otero Torres:
Posee un bachillerato en Comunicaciones de la UPR de Arecibo y una maestría en Relaciones Públicas de la Universidad del Sagrado Corazón. Es licenciada en relaciones públicas.
Laboró como asesora auxiliar en asuntos municipales del exgobernador Alejandro García Padilla. Dirigió la Oficina de Comunicaciones del Departamento de Transportación y Obras Públicas y sus agencias adscritas. También, se desempeñó como oficial de comunicaciones y directora de prensa en la Cámara de Representantes de Puerto Rico y el Municipio de Hatillo. Posee experiencia gubernamental, municipal y legislativa. Es propietaria de la firma de relaciones públicas Assiduous Communications. En la actualidad asesora clientes gubernamentales y privados.