El presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes, Jorge Alfredo Rivera Segarra se encuentra preocupado ante la postura por parte del personal del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) relacionada con el control en la isla de las serpientes invasoras. Ante esta situación, el legislador exigió al DRNA que exprese una postura “clara y definida” con relación a la problemática que afecta a varias comunidades en la isla producto de la invasión de serpientes.
La preocupación del representante del Distrito 22 surge luego de que se hiciera pública una Orden Administrativa del DRNA en la cual autoriza la caza sin límite de cantidades de cinco especies de serpientes invasoras sin embargo, permite la importación y venta de otras especies similares. “Sin duda la postura del DRNA sobre qué se puede cazar y qué se permite importar así como vender representa un problema serio y una contradicción. Si la agencia declara como dañinas y peligrosas unas especies como es posible que otras consideradas similares se permita la venta e importación de las mismas”, denunció Rivera Segarra.
Fue a través de la Orden Administrativa 2024-005 del DRNA que se declararon como especies de vida silvestre perjudiciales o invasoras la boa constrictora, la pitón reticulada y la culebra de espalda rayada. También, la orden administrativa declaró como especie invasora la pitón real o “Ball Python” y la jarretera o “Garter Snake”. Sin embargo, las últimas dos pueden ser importadas o vendidas en la isla.
“Es responsabilidad del DRNA establecer políticas públicas claras sobre el manejo de estas serpientes invasoras para lograr eliminar o al menos controlar las mismas. Son ellos los llamados a implementar acciones concretas para prohibir la compraventa de estas especies invasoras”, ripostó Rivera Segarra. “De nada vale la caza sin límite de las serpientes como ordena la orden administrativa si el propio DRNA permite la importación y venta de especies similares. Mientras son las familias y los agricultores quienes lidian con las consecuencias que provocan estas especies consideradas superdepredadores”.
Según información pública, desde hace varios años las boas constrictoras, nativas de Sur y Centroamérica, son especies comunes en la isla. Mientras, las pitones reticuladas, abundan en las montañas centrales. La presencia de estas especies atenta contra animales autóctonos de la isla así como las mascotas.