La Salud Mental y la Adiciones: Un Problema de Salud Pública en Puerto Rico que Exige Acción Urgente

Por: Dra. Elaine A Soler Vázquez, PsyD, MSW

En Puerto Rico, la crisis de salud mental y la adicción a drogas y alcohol no solo representan un desafío para los individuos afectados, sino que constituyen un problema crítico de salud pública. Las estadísticas sobre el aumento en el consumo de sustancias, las muertes relacionadas con sobredosis y los trastornos de salud mental reflejan una realidad alarmante que afecta a familias, comunidades y a la sociedad en general. Frente a esta crisis, la creación de políticas públicas efectivas y la expansión de programas dentro de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) no pueden esperar más.

La magnitud del problema

La adicción y los trastornos de salud mental están profundamente interconectados. Según datos recientes, Puerto Rico enfrenta un aumento preocupante en el uso de sustancias como el fentanilo, los opioides y la cocaína, así como en los problemas relacionados con el abuso de alcohol. Estos problemas no solo afectan a las personas que consumen, sino que tienen repercusiones en todos los niveles sociales:

• Aumento en la criminalidad: Gran parte de los actos delictivos están vinculados al narcotráfico o a personas bajo los efectos de sustancias.

• Impacto económico: Los costos asociados al tratamiento de emergencias por sobredosis, hospitalizaciones y pérdida de productividad son enormes.

• Efecto en las familias: La adicción destruye la estabilidad familiar, dejando a niños y adolescentes particularmente vulnerables.

Además, Puerto Rico continúa luchando con un alto índice de suicidios, un indicador claro de que la salud mental sigue siendo desatendida. Este problema no puede resolverse sin abordar también las raíces de las adicciones, ya que ambas problemáticas están estrechamente relacionadas.

La necesidad de políticas públicas urgentes

La situación actual demanda la implementación de políticas públicas que aborden la salud mental y la adicción de manera integral. Algunas áreas prioritarias incluyen:

1. Inversión en prevención y educación

2. Ampliación de servicios en ASSMCA

3. Despenalización y enfoque en rehabilitación

4. Aumento de fondos para investigación y tratamiento

La responsabilidad colectiva

La solución a esta crisis no puede recaer únicamente en el gobierno. Es necesario un esfuerzo colectivo que incluya a organizaciones sin fines de lucro, comunidades de base de fe, educadores y familias. Las iglesias y grupos comunitarios pueden desempeñar un rol crucial en la identificación temprana de personas en riesgo y en ofrecer espacios seguros para quienes buscan apoyo.

Asimismo, la sociedad debe cambiar el estigma asociado tanto a la salud mental como a la adicción. La vergüenza y el juicio que enfrentan quienes luchan con estas condiciones son barreras que dificultan que las personas busquen ayuda. Es momento de fomentar una cultura de empatía y compasión.

El costo de la inacción

Ignorar esta crisis no es una opción. Cada día que pasa sin una respuesta efectiva, más vidas se pierden y más familias son devastadas. La falta de acción también tiene consecuencias económicas significativas, ya que el tratamiento de emergencias y las pérdidas de productividad superan con creces el costo de implementar políticas preventivas y programas adecuados.

Además, abordar la crisis de salud mental y adicciones es clave para reducir problemas colaterales como la violencia de género, los accidentes de tránsito causados por conductores ebrios y el abandono infantil.

Un llamado al cambio

Puerto Rico necesita un enfoque integral y urgente para combatir la crisis de salud mental y adicciones. Esto incluye no solo la creación de políticas públicas efectivas, sino también un compromiso social para apoyar a quienes luchan con estas condiciones.

La salud mental y la lucha contra las adicciones no son un lujo ni un problema aislado: son cuestiones de vida o muerte que afectan a todos los aspectos de nuestra sociedad. Es hora de actuar con determinación y humanidad para construir un Puerto Rico más saludable y resiliente.

El cambio comienza ahora.

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