La Oficina de la Comisión para Combatir la Pobreza Infantil y la Desigualdad Social en Puerto Rico, con sede en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) y que forma parte de un acuerdo colaborativo con el Departamento de la Familia, presentó su Plan Decenal 2024-2032 Pobreza Infantil y Desigualdad Social, que ofrece una visión de los datos actualizados sobre ese tema y recomendaciones para atenderlo.
El doctor Eduardo A. Lugo Hernández, director ejecutivo de la Comisión y catedrático del Departamento de Psicología del RUM, explicó la relevancia del proyecto y su impacto en las comunidades vulnerables.
“Es un plan decenal que se desarrolla a través de un proceso detallado de investigación. Hemos recopilado datos para obtener un panorama claro sobre la pobreza infantil y la desigualdad social en Puerto Rico. Con esta información y las opiniones expresadas por los distintos sectores, gubernamental, privado, académico y organizaciones sin fines de lucro, generamos una serie de recomendaciones para abordar esta problemática”, enfatizó.
Agregó que entre las observaciones más alarmantes de la investigación se encuentran las altas tasas de pobreza en la niñez y en las madres solteras, así como dificultades en áreas esenciales como la vivienda y la transportación.
“El 88 por ciento de las familias bajo los niveles de pobreza enfrenta vulnerabilidades relacionadas con la vivienda, ya sea por dificultades para pagar la renta o por problemas estructurales en sus hogares”, detalló el catedrático.
Otro de los resultados clave del estudio fue la falta de acceso a transportación, un aspecto esencial para la movilidad laboral y educativa.
“Aproximadamente un 17 por ciento de las familias en Puerto Rico no tiene auto propio. Esto es un hallazgo sorprendente, considerando que en nuestro país existe la percepción de que casi todas las personas tienen un vehículo. Sin embargo, este segmento significativo de la población carece de transporte, lo que evidencia la necesidad de mejorar nuestro sistema de transportación pública”, puntualizó el director de la Comisión.
Asimismo, destacó que la salud y el cuidado de los envejecientes son áreas de preocupación, pues representan un reto adicional para muchos ciudadanos.
“Nuestra población está envejeciendo y cada vez más personas requieren cuidados especiales. Muchas de estas personas son atendidas por familiares, lo que dificulta que estos puedan trabajar o acceder a servicios esenciales. Es un problema que debe abordarse con urgencia”, señaló.
El Plan Decenal busca atender estas problemáticas desde una perspectiva integral, en la que se optimice la eficiencia del gobierno y fomente colaboraciones multisectoriales.
“Queremos mejorar el funcionamiento del aparato gubernamental, asegurándonos de que las personas que trabajan directamente con asuntos de la niñez y las familias estén bien capacitadas. También es esencial promover proyectos conjuntos entre el gobierno, la academia y las organizaciones sin fines de lucro”, explicó Lugo.
De igual manera, resaltó la necesidad apremiante de iniciativas que ayuden a reducir la pobreza infantil de manera sostenible.
“Uno de los proyectos más importantes tiene que ver con el crédito por menor dependiente, pero es crucial que no dependa exclusivamente de fondos federales. En el clima político actual, debemos asegurarnos de que haya un respaldo estatal para estas iniciativas. Ya hemos visto que, cuando se implementó un programa similar en el pasado, hubo una reducción significativa en la pobreza infantil en Puerto Rico. Sabemos que es una estrategia que funciona”, afirmó.
Por otro lado, destacó la participación activa de estudiantes del RUM, quienes han colaborado en la recopilación de datos y análisis de la situación en la isla.
Para Rocío Quintana Guzmán, alumna de Psicología y asistente en la Comisión, esta vivencia ha sido transformadora.
“Para mí representa la justicia social que tanto necesitamos, especialmente en momentos en los que enfrentamos múltiples crisis como país”, sostuvo.
Mientras, Isabela A. Colón Borges, también de Psicología, resaltó la relevancia de presentar y conversar sobre estas realidades.
“Se trata de dar voz a poblaciones que muchas veces son invisibilizadas. Este proyecto nos ha permitido educarnos sobre sus necesidades y cómo podemos contribuir a mejorar sus condiciones”, indicó.
Ambas jóvenes coincidieron en que esta experiencia les ha brindado conocimientos valiosos sobre políticas públicas y estrategias para incidir en el cambio social.
“Con esta iniciativa, la Comisión espera promover cambios estructurales que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la niñez en Puerto Rico y fomentar un modelo de colaboración multisectorial para atender la pobreza desde diversas perspectivas”, concluyó Lugo Hernández.