Las recientes expresiones de la gobernadora, al desconocer el paradero de los $200 millones asignados por el exgobernador Pedro Pierluisi para la reconstrucción del puerto de Mayagüez, incluyendo el dragado de la bahía, son sumamente preocupantes. No se trata de cualquier obra, sino de una inversión estratégica para el desarrollo económico de todo el oeste del país.
El dragado del puerto es una necesidad urgente. Sin él, no pueden llegar embarcaciones de gran calado, limitando el comercio, el turismo y el potencial logístico de la región. Mayagüez, que fue en el pasado un eje clave del transporte marítimo, hoy se encuentra en el olvido por falta de voluntad política. Esta inacción continúa marginando a toda una región con gran potencial.
El oeste cuenta con atractivos turísticos, instituciones académicas, industrias emergentes y una fuerza laboral capacitada. Pero sin un puerto funcional, se pierden oportunidades valiosas de exportación, de abaratamiento de costos para los comerciantes y de creación de empleos bien remunerados. Además, rehabilitar el muelle permitiría diversificar las rutas marítimas del país y aumentar nuestra resiliencia ante emergencias.
El dragado no es un capricho, es una inversión en competitividad, equidad regional y futuro económico. El desarrollo del país no puede seguir concentrado en el área metropolitana, mientras el oeste —con todo su potencial— sigue esperando por promesas incumplidas.
Es inaceptable que se desconozca el destino de fondos ya asignados. Estos recursos fueron destinados con un propósito claro y deben ser utilizados de forma transparente y efectiva. Mayagüez y la región oeste no pueden ser víctimas del olvido institucional ni de la improvisación gubernamental.
Hago un llamado urgente a la gobernadora y a las agencias pertinentes: informen al país qué ha pasado con los $200 millones asignados, y activen de inmediato los trabajos de dragado y rehabilitación del muelle de Mayagüez. Esta no es solo una obra de infraestructura, es una herramienta de justicia económica para una región que ha dado tanto a Puerto Rico. El oeste merece atención, inversión y respeto. El momento de actuar es ahora.