He criticado la conducta política de la gobernadora Jennifer González en infinidad de ocasiones. Pero, las burlas y las humillaciones por el incidente con su traje lo que me da es lástima con las generaciones que van subiendo.
Lo cierto es que Jennifer González nunca ha salido a distanciarse de los atropellos que algunos de sus colegas de partido en la cúpula cometen contra muchas mujeres, incluida yo. Piensen en Thomas Rivera Schatz o Carmelo Ríos.
En mi caso, me calumniaron por decir la verdad sobre el PNP y la estadidad—verdades que la propia Jennifer ha validado.
Buscaron hacerme miserable por ello, me insultaron, me humillaron, me persiguieron inconstitucionalmente en los tribunales y de forma despiadada en los medios…
Buscaron despojarme del cargo que me dio el pueblo en las urnas, sin importarles lastimar a los propios electores, nuestra democracia, la imagen del sistema judicial o considerar que soy jefa de familia.
¡Un pito les importa que seas mujer y madre!
Jennifer sabe que el PNP me robó los votos en las mesas de conteo en la pasada elección, su gente lo sabe, el PNP lo sabe, Puerto Rico lo sabe.
La trampa fue su forma de buscar tirotearme y apagarme políticamente porque no toleran a una MUJER y MADRE con pantalones.
Reitero: ¡Tres c*rajos les importa que seas mujer si no estás dispuesta a ser obsecuente y corrupta!
LAS VIEJAS ESTÚPIDAS—La “mujeres PNP” salieron en defensa de la gobernadora, pero olvidan que tienen cero standing para eso porque son otro bonche de viejas cobardes.
Tampoco a ellas las escucharás apartarse de las burlas y los ataques del presidente del Senado contra las mujeres que lo enfrentan.
LAS “HIJAS DE DIOS”—Por otro lado, noten que las “líderes conservadoras”, esas boconas a conveniencia que dicen defender la dignidad humana, tampoco salen a expresarse contra las conductas despreciables del presidente del Senado contra otras mujeres.
Y es que, esas pobres prostitutas políticas con sotana, también andan entre sus piernas, acariciándole el ego y convirtiendose en pez rémora para que el tipo incluya sus nombres en los proyectos ley. Verdad Joanne? Sin él eres nadie.
Hoy, el traje de Jennifer es el centro de la discusión política y para ello, todas las ratas han sacado cuanta carta victimista se les ocurre para convertir sus nalgas y fajón blanco en el objeto brillante que nos distraiga del desastre gubernamental.
