En Cayey, por más de 60 años, los que practican el peregrinaje religioso separan algunos días de la Semana Santa, en particular el viernes, para visitar varios lugares donde puedan encontrar tranquilidad para la meditación. Uno de ellos es la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, ubicada en la PR#15 km 15.5 en el Barrio Jájome Alto.
El alcalde Rolando Ortiz Velázquez señala que “en efecto, allí ubica uno de nuestros manantiales de montaña y durante la Cuaresma, pero particularmente en Viernes Santo, de madrugada, la gente llega a pie, desde los barrios de Cayey, Guayama y algunos desde de San Juan y Ponce. Llegan solos o en grupos, calzados y descalzos, hasta llegar a la zona y expresar sus devociones religiosas. Durante el resto del año, la zona se mantiene limpia y ordenada por los vecinos. Es bien particular el ambiente que vive en el lugar”, señaló.
Allí llegan los penitentes, y también llegan los que buscan disfrutar de las brumas mañaneras en esta zona de la montaña boricua. Algunos caminan hasta siete u ocho horas desde los barrios de Guayama, pero nunca en soledad, porque a las orillas de la carretera siempre hay vecinos que ofrecen agua, frutas o alguna merienda. Y se hace voluntariamente, siguiendo quizá el consejo bíblico de ofrecer ayuda al necesitado. La historiadora cayeyana Aida Mendoza relata que en 1936, una hija de doña Enriqueta Calimano, que estaba gravemente enferma, mejoró tras pasar una temporada por esta zona, cuyo clima es particularmente especial.
Los Calimano, originarios de Guayama, llegaron a la zona de Cayey en el siglo XIX y se distinguieron como comerciantes. Como gesto de gratitud a la Virgen por sus ruegos, Doña Enriqueta mandó a construir sobre el lecho del manantial próximo a su casa, un santuario dedicado a la Virgen de Lourdes, hasta el día se hoy. La devoción católica de Nuestra Señora de Lourdes se originó luego de las dieciocho apariciones de la Virgen María que Bernadette Soubirous afirmó haber presenciado en la gruta de Massabielle, a las afueras de la población de Lourdes, Francia, en 1858.
Luego de una intensa investigación eclesial, el Papa IX autorizó la devoción en el año 1862. Siendo la fundación oficial de Cayey el 17 de agosto de 1773, las tradiciones religiosas cayeyanas superan ya los 240 años. Precisamente en este año, cuando Cayey celebra los 250 años de fundación, el Municipio tendrá varias actividades de conmemoración que se anunciarán próximamente.