Producto de un junte multisectorial y multidisciplinario, la Fundación Luciérnaga
Celebró hoy la apertura al público de la emblemática obre de arte, localizada en el Caño Tiburones
En Puerto Rico contamos con el mayor mangle del Caribe: EL Caño Tiburones. Sin embargo, este dato pasa desapercibido en muchas ocasiones por la mayoría del país. No obstante, para la Fundación Luciérnaga, sus voluntarios y colaboradores, no es así. De hecho, es el Caño Tiburones uno de sus principales motivos de existir como organización sin fines de lucro.
Natasha Sagardía es profesora de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo (UPRA), además, es la directora de la Fundación Luciérnaga y, más relevante aún: residente del barrio Islote de Arecibo, uno de los barrios por donde transcurre la inmensidad del Caño Tiburones y sus sobre siete mil cuerdas de terreno.
La profesora se dio a la tarea de acoger una convocatoria realizada por la UPRA en la que se solicitaba la presentación de propuestas para proyectos en la zona del Caño Tiburones. Voluntarios de la Fundación junto a estudiantes de la UPRA, fomentaron un junte multisectorial a fin de poder crear lo que hoy es una impresionante obra de arte que destaca y nos recuerda el valor e importancia del mangle y de todo el ecosistema que comprende el Caño Tiburones en los municipios de Barceloneta y Arecibo.
“Concretar este proyecto es un estímulo para seguir apostando al trabajo comunitario, pues ha sido esfuerzo y visión compartida con los miembros de Islote. Un proyecto que se enfoca en la educación ambiental y en la acción cívica, dos grandes objetivos de la fundación. Me siento agradecida por el apoyo e inspirada por el compromiso común que hemos entretejido en esta aventura de casi dos años”, indicó la profesora Sagardia
Sobre la escultura, Nanette Rodríguez, quien fue la artista que lideró el grupo de artistas y voluntarios que participaron en la creación del tótem, dijo: “De entre las ideas que manejamos al inicio prevaleció el mosaico porque es una pieza que resiste el embate del clima y no requiere tanto mantenimiento. Esta pieza se hizo con la intención de que la gente, además de que vengan y se tomen fotos, se eduquen. Le ofrecemos arte con sentido, la gente van a venir al Tótem del Mangle y se van a poder llevar conocimiento sobre la biodiversidad del mangle, la importancia que tiene para protegernos y datos sumamente impresionantes del mangle, del Caño Tiburones.”
La comunidad también fue incorporada en el proyecto mediante el ofrecimiento del taller artístico para jóvenes del barrio Islote, especializado en ambiente y mosaico. Los participantes de ocho sectores de este barrio, junto con sus familiares, colocaron piezas sobre el arte del Tótem y decidieron por el nombre final de la obra: “El Tótem del Mangle”. Más de 30 participantes entre 4 y 18 años se nutrieron de la experiencia.
Por su parte, el Rector, Dr. Carlos Andújar Rojas, indicó: “Este proyecto muestra, una vez más, la relevancia y el alcance de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. Los esfuerzos que realizamos constantemente para poder continuar contribuyendo a la comunidad que nos rodea tienen frutos como este que vemos hoy aquí. Felicitamos a la profesora Sagardía y a mis estudiantes de UPRA que se han entregado durante casi dos años a este proyecto comunitario, multidisciplinario y multisectorial. Vamos a continuar fomentando ese vínculo entre la academia y las comunidades.”
Finalmente, la profesora Sagardía dijo: “El trabajo voluntario es un ejercicio de agencia anónima que produce cambios positivos y que debe ser celebrado. Hoy lo hacemos en grande y agradecemos a todos quienes han sido parte, especialmente a: Nanette Rodríguez, Jesús Núñez Adrián Cruz, Poeiti Houston, Roberto Rivera, Jared Houston y Yanelis López. Asimismo, es esencial reconocer el apoyo de la alcaldesa de Barceloneta, Wanda Soler y su equipo de trabajo, especialmente Diego De Jesús. Su aporte es multiplicador, gracias por sumar con su gesta.”