Varias personas han sido atacadas por tiburones mientras nadaban en populares playas de Nueva York durante los días festivos.
Este martes, tres nadadores, en dos playas diferentes de Long Island, sufrieron ataques de escualos.
Poco antes de las 2 p.m. un hombre de 47 años que nadaba en las aguas de Quogue Village, en los Hamptons, fue mordido en la rodilla derecha.
El segundo ataque tuvo lugar cerca de la playa de Fire Island Pines, donde un hombre de 49 años fue mordido en la mano por un escualo y tuvo que ser trasladado al hospital para recibir tratamiento.
Unas horas más tarde una mujer de 50 años fue mordida en la playa de Sailors Haven, en Fire Island y trasladada a un hospital para ser tratada de una herida leve.
El lunes, otros dos individuos fueron mordidos por tiburones. En Fire Island, un adolescente de 15 años, que practicaba surf, fue mordido en uno de sus talones y en los dedos de los pies, según la policía del condado de Suffolk. A continuación, fue hospitalizado con heridas que no ponen en peligro su vida.
El mismo día, una joven de 15 años fue atendida por una supuesta mordedura de tiburón en la pierna cerca del parque estatal Robert Moses. Los paramédicos la atendieron en el lugar de los hechos.
“Ella no vio lo que la mordió y los salvavidas tampoco. El operador del dron comprobó la zona, pero nosotros no lo vimos”, indicó Charles Gorman, director regional de Parques del Estado de Nueva York. “Así que no podemos decir a ciencia cierta lo que la mordió”.
Este martes los drones detectaron más de 50 tiburones de arena cerca de una popular playa, lo que llevó a las autoridades a cerrar el parque temporalmente. Después la playa se reabrió, pero las autoridades advirtieron a los bañistas que se mantuvieran cerca de la orilla.
“Esta mañana, antes de que los salvavidas entraran en servicio, la patrulla de drones entró en acción. Y justo aquí, frente al Campo 3, vimos un banco de tiburones. Había aproximadamente 50 tiburones de arena”, dijo Gorman.
El verano pasado, ocho nadadores fueron mordidos por tiburones en las costas de Long Island, lo que suscitó preocupación por futuros ataques en la zona. Desde entonces los responsables del parque estatal han aumentado las patrullas y desplegado drones para explorar el agua e identificar posibles peligros.