El PIP y Victoria Ciudadana revelan detalles sobre el alcance de su alianza y las candidaturas que son parte del acuerdo

En una estrategia que le da la vuelta a la prohibición de las candidaturas coaligadas, las dos colectividades pactaron apoyarse mutuamente en los puestos de mayor relevancia para las elecciones de 2024.

En entrevista con El Nuevo Día, Juan Dalmau, izquierda, y Manuel Natal, anunciaron los contornos de la alianza entre el PIP y el MVC. FOTO POR: Xavier Araújo / GFR Media xavier.araujo@gfrmedia.com (Xavier Araújo)

 

El Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) acordaron apoyarse mutuamente en decenas de contiendas para las elecciones del año entrante, incluyendo la gobernación, la comisaría residente en Washington, la alcaldía de San Juan y la totalidad de los distritos representativos y senatoriales.

El esfuerzo responde a una alianza entre dos partidos distintos que nunca se ha visto aquí y a través de la cual ambas colectividades esperan ganarle el poder al binomio azul y rojo que lleva más de 50 años intercambiándose el mando en Puerto Rico.

El acuerdo, que fue objeto de negociaciones que duraron más de un año, dispone que el liderazgo del MVC, aunque tendrá su propio candidato a la gobernación, pedirá el voto para el exsenador Juan Dalmau, quien será ratificado como aspirante del PIP en una asamblea el 10 de diciembre.

El PIP, por su parte, apoyará para la comisaría en Washington al candidato que elija Victoria Ciudadana, aunque también presentará un postulante propio.

En el caso de la alcaldía de San Juan, el PIP apoyará a Manuel Natal, quien, en 2020, se quedó a 3,465 votos del actual incumbente, Miguel Romero, del Partido Nuevo Progresista (PNP).

El pacto todavía tiene que ser ratificado en un asamblea que llevará a cabo el MVC, este domingo, en el Teatro Tapia. A nivel del PIP, la alianza tiene ya las aprobaciones del comité central, que es su organismo de mayor jerarquía.

En resumen, aunque el PIP y Victoria Ciudadana siguen considerándose a sí mismos partidos distintos, se presentarán a las elecciones del año entrante básicamente como una sola alternativa en los puestos de mayor relevancia, en una coalición cuidadosamente diseñada para darle la vuelta a la prohibición del Código Electoral de las candidaturas coaligadas, que ambas colectividades, en un pleito conjunto, intentaron sin éxito derrotar en los tribunales.

Es la primera vez en la historia de Puerto Rico que dos partidos distintos alcanzan acuerdos de este nivel fuera del marco de la ley electoral.

“La Alianza va porque el país necesita una alternativa para hacerle frente al bipartidismo corrupto y para llevar la esperanza al gobierno. Y, luego de meses de conversaciones entre comités de diálogo de ambas colectividades, hemos logrado unos preacuerdos que entendemos que cumplen con las expectativas, no solamente de ambas colectividades, sino del país”, dijo Natal, coordinador general del MVC, en entrevista con El Nuevo Día.

Dalmau, quien, en 2020, obtuvo el 13.58% de los votos, agregó que “el nivel de desprendimiento de parte de ambas organizaciones, de apertura en este diálogo, de tener el pulso de la historia y de entender la necesidad que tiene el país para un cambio necesario y urgente, supera y contrasta, por mucho, lo que está ocurriendo en el Partido Popular Democrático (PPD) y el PNP, e incluso, en Proyecto Dignidad, con esa guerra fraticida, esa intención de ser candidatos por apetitos personales, no como un proyecto político de país”.

Dalmau y Natal explicaron que los dos partidos decidieron presentar candidaturas en los dos puestos principales (gobernación y Washington) para no correr el riesgo de ser descertificados antes de las elecciones generales.

Manuel Natal (derecha) consideró que “hemos logrado unos preacuerdos que entendemos cumplen con las expectativa”. (Xavier Araújo)

El Código Electoral dispone que, para quedar inscritos, los partidos deben presentar candidatos a la gobernación, Washington, al menos, un senador y un representante por acumulación y 39 alcaldías y legislaturas municipales. La interpretación del PIP y Victoria Ciudadana es que, en caso de que un partido no cumpla con esos requisitos, la descertificación ocurriría después del evento electoral.

Pero, para evitar el riesgo de una interpretación que descertifique a uno o ambos partidos en plena campaña, las dos colectividades presentarán candidatos a todas las posiciones requeridas por ley. Victoria Ciudadana no ha definido quién será su candidato a la gobernación, ni el PIP quién será el suyo en Washington.

Este medio supo que la senadora de MVC, Ana Irma Rivera Lassén, anunciará el miércoles su candidatura a Washington, con lo cual se convertiría en la aspirante impulsada también por el PIP.

Dalmau y Natal rechazaron el término “candidatos de agua” para personas que aparecerán en la papeleta bajo la insignia de un partido que apoya a un candidato de otra colectividad para el mismo puesto.

“Los nombres que se coloquen en las candidaturas son personas cuyo compromiso con Puerto Rico y la posibilidad de que logremos esta alianza es enorme. Por eso, cuando se han utilizado los términos que, a veces, uno escucha en radio, de candidaturas fantasmas o de agua, la realidad es que son personas cuyo desprendimiento los lleva a asumir candidaturas heroicas, y por eso están en este proceso”, opinó Dalmau.

El acuerdo incluye, por ahora, ocho alcaldías. En cuatro de estas -incluido San Juan, con Natal-, el PIP no presentará candidatos y apoyará a los de Victoria Ciudadana. En otras cuatro, el PIP presentará candidatos que serán respaldados por el MVC, que no postulará los suyos.

 

El acuerdo incluye, por ahora, ocho alcaldías. En cuatro de estas -incluido San Juan, con Natal-, el PIP no presentará candidatos y apoyará a los de Victoria Ciudadana. En otras cuatro, el PIP presentará candidatos que serán respaldados por el MVC, que no postulará los suyos. (Xavier Araújo)

Es el mismo esquema que se aplicará en los 40 distritos representativos. En 20, el PIP apoyará a aspirantes del MVC. En los otros 20, Victoria Ciudadana patrocinará a los del PIP. En el caso de los ocho distritos senatoriales, en los que cada colectividad puede presentar hasta dos candidatos, ambos partidos acordaron presentar uno cada uno.

En el caso de las candidaturas por acumulación en ambas cámaras, cada partido presentará sus propios aspirantes, que se enfrentarán, según palabras de Dalmau, en “competencia fraternal”. Igual, habrá “competencia fraternal” en las contiendas municipales en las que nos se logren acuerdos.

Dalmau y Natal se mostraron confiados en que, con este plan, tienen posibilidades de lograr el control de la Asamblea Legislativa. “Eso nos daría votos suficiente en la Legislatura para tener el control de la Cámara y el control del Senado”, comentó Natal.

Ambos se mostraron conscientes del reto que les plantea a ambas colectividades operar de manera tan cercana a la vez que siguen siendo partidos distintos y de las complicaciones que puede representarles explicarle al país un modelo de funcionamiento que nunca se ha visto aquí.

El PIP y Victoria Ciudadana intentaron por la vía legislativa y judicial que se derogara la prohibición, vigente desde 2011, de las candidaturas coaligadas. No habiendo prevalecido en ninguna de las dos vías, optaron por el arreglo que hoy presentan.

Aunque dimos la batalla en la Legislatura y en los tribunales, no se prevaleció porque son instituciones premiadas por el bipartidismo rojo y azul. Ahora, estamos en un entendido político, en una misión común, en donde dos partidos que somos diferentes, somos distintos, estamos dispuestos a construir sobre esas diferencias los consensos amplios necesarios”, manifestó Dalmau.

Agregó que “estamos en un momento único y, ante condiciones extraordinarias, vamos a tener que hacer esfuerzos extraordinarios, particularmente para orientar al elector”.

Dalmau y la candidata a la gobernación del MVC, Alexandra Lúgaro, quien ya no pertenece a la colectividad, sacaron el 28% de los votos en 2020. La Encuesta de El Nuevo Día, publicada la semana pasada, apunta a que no hay un gran entusiasmo por la alianza. Pero Natal y Dalmau se mostraron confiados en que, uniendo fuerzas, pueden alcanzar el triunfo.

Pero ambos partidos son también conscientes de que existe el riesgo de que los dos se queden sin franquicia electoral tras las elecciones de 2024.

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