Empecemos por definir que es una enfermedad crónica. Según el National Cancer Institute, son condiciones que se caracterizan por durar más de tres meses y se agravan con el tiempo, aunque se pueden tratar, no suelen tener cura. En Estados Unidos, las enfermedades crónicas son la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte:
Duran por lo menos tres meses y en muchos casos son permanentes.
Pueden ser leves al principio y se agravan con el tiempo.
Requieren medicamentos, tratamientos y supervisión médica constante.
Provocan síntomas físicos que afectan la calidad de vida de las personas.
Las Enfermedades Cardiovasculares son las más graves.
Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades crónicas causan cada año la muerte de más de 41 millones de personas en todo el mundo, lo que equivale al 74% del total de las muertes. En los Estados Unidos, cerca del 60% de los adultos viven con al menos con una condición crónica, y el 40% tiene dos o más.
Causas de padecer enfermedades crónicas:
1. Mala o pobre alimentación
2. Falta de actividad física
3. Tabaquismo y Alcoholismo
4. Estrés crónico
¡La buena noticia es que existen alternativas para prevenir padecer de alguna condición de salud! Se ha demostrado que la alimentación y la actividad física son las claves para prevenir enfermedades crónicas.
Nutrición preventiva
La nutrición preventiva es un nuevo y excelente concepto con el que se busca reducir o frenar el riesgo de enfermedades crónicas. Ofrece al cuerpo una dieta balanceada y los nutrientes adecuados para fortalecer el sistema inmunológico y reducir la inflamación, manteniendo el equilibrio metabólico y adicional promueve la educación en hábitos de vida saludables.
Para llevar a cabo una nutrición preventiva es necesaria la intervención de expertos en nutrición para determinar los requerimientos nutricionales de cada persona.
Recomendaciones para llevar una nutrición preventiva:
Consulta con un profesional en nutrición – es importante hacer pruebas médicas para saber cuáles son los requerimientos individuales.
Dieta balanceada – seguir las recomendaciones según el profesional en nutrición determine. Una alimentación con frutas, vegetales, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables es clave para obtener los nutrientes necesarios.
Reducir azúcares y carbohidratos refinados – Eliminar el consumo de productos con harinas refinadas, azúcar y aceites vegetales.
Incorporar grasas saludables – Las grasas como las que se encuentran en el aguacate, aceite de oliva, nueces y pescados ayudan a reducir el colesterol malo.
Hidratación adecuada – Puede mejorar la digestión y eliminar toxinas del cuerpo.
¡Nunca es tarde! Hacer cambios en tu vida y evitar padecer de alguna condición es posible, solo es un paso a la vez. La combinación de estos tres: nutrición saludable, actividad física y descanso, automáticamente te alejan de hábitos que pueden perjudicar tu salud.
¡Cuídate, por ti y por los tuyos!
Recetas balanceadas para la prevención de enfermedades crónicas:
Ensalada de Quinoa
Ingredientes:
1 taza de quinoa cocida
1 aguacate hass picado
½ taza de habichuelas negras cocidos
½ taza pimiento amarillo picado
¼ taza albahaca fresca
8 tomates “Cherry” picados
8 aceitunas negras picadas
1 limón – jugo recién exprimido
Instrucciones:
En un envase mezcla todos los ingredientes, guarda en nevera hasta consumir. Esta ensalada es rica en fibra y grasas saludables.
Salmón al sartén
Ingredientes:
1 filete de salmón (6 onzas)
1 taza de brécol cocido
1 zanahoria cocida y picada
4 onzas leche
1 cucharada miel pura
1 cucharada mostaza Dijon
½ cucharadita eneldo
½ cucharadita ajo en polvo
½ cucharadita cebolla en polvo
Instrucciones:
En un sartén calienta el filete por 2 minutos ambos lados. Mezcla todos los ingredientes para la salsa, excepto el brécol y zanahoria. Baja a fuego mediano añade la salsa al salmón y cocina por 8-10 minutos hasta que la salsa reduzca. Acompaña con brécol y zanahoria. Esta receta es alta en proteína, grasa saludable y fibra.
