Declaraciones de María de Lourdes Santiago ante las declaraciones de Natalie Jaresko

 

Las declaraciones de la directora ejecutiva de la Junta de Control Fiscal sobre una nueva ola de despidos en el sector público, o que se reniegue de ciertos beneficios mínimos para la jubilación y plan médico, es la admisión clara del fracaso de la Junta en su alegada misión de enderezar las finanzas del país.

 

La persona que al son de $650,000 al año dirige el ente dictatorial que controla cada centavo del dinero público y que nos ha costado ya más de $200 millones, dice que la ÚNICA opción es más pobreza y precariedad para nuestra gente. Ni de lejos plantea un manejo de la deuda que asegure que ni un dólar vaya a los acreedores hasta que se atiendan las necesidades fundamentales del país, y aún eso, sólo después de una auditoría fiscal y política de la deuda.

Tampoco cuestiona

el sistema contributivo que regala exenciones y créditos a los que más tienen mientras asfixian a los que teniendo menos, aportan más. Y ni palabra de la inexistencia, de un proyecto de desarrollo económico- en cuatro años, esa gente, con todo su poder, no ha logrado una sola iniciativa que impulse la economía. Al contrario, con el cierre de escuelas y la “deforma laboral” se aseguran de que su agenda empobrecedora tenga efecto a muy largo plazo.

 

Hay que ser muy ingenuo, muy perverso o muy boquibajo para, a estas alturas, tener otra postura que no sea la de confrontación y combatividad contra la dictadura de la Junta. Reitero lo que dije hace cuatro años: A la Junta ni un vaso de agua.

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