Por Billy Sánchez
Especial para Islanewspr
Hace unos días, visité un nuevo restaurante en el centro histórico de Arecibo. El simple hecho de saber que uno está ocupando el mismo espacio en el que hizo vida familiar la destacada escritora Trina Padilla De Sanz, sienta la pauta para una agradable experiencia. El edificio que ocupa el restaurante, funciona como museo abierto al público y exhibe fotos, documentos y mobiliario de quien en vida fuera la poeta conocida con el seudónimo de “La hija del Caribe”. Es un lugar espacioso, con un amplio patio donde ubican las mesas que ocuparán los comensales; algunas de las cuales son hermosos cuadros de pintores puertorriqueños como Ramón Frade y Rafael Tufiño, que han sido modificados para ilustrar el fruto del cacao como protagonista de la escena.
El servicio fue uno excelente. Las descripciones de los platos en el menú, son en sí mismas un relato interesante de leer. Claramente, el chocolate es el protagonista de la experiencia culinaria de CACAU. Se sirven varias recetas de chocolate caliente. El que lleva el nombre de Trina Padilla De Sanz, contiene una pizca de pimienta Cayena que le añade un delicioso golpecito picante a la garganta y hace recordar el audaz plato mejicano de chocolate con pique, conocido como mole poblano. Sin duda, una experiencia que disfruté. Se ofrecen bebidas de chocolate a base de agua en vez de leche, con leche de vaca o de almendra, muy oscuras o más claras, dulces o amargas, ya sean frías o calientes. Probé unas bruschetas con varios quesos, ensalada fresca con una estupenda vinagreta y pedacitos crujientes de chocolate oscuro por encima, que resultaron deliciosas. Y ni hablar de la frescura sabrosa del croissant tostado en wafflera y salpicado con miel. El menú es de platos ligeros y en el estilo del “brunch”. Las trufas de chocolate, son el final perfecto para esta rica experiencia culinaria para los devotos del chocolate. Los precios son adecuados. La calmada música de fondo y la frescura del patio, hacen querer volver a visitarlos para otra taza de chocolate creativo o del café puertorriqueño de San Sebastián que sirven en CACAU.
Un solo aspecto de la experiencia me pareció que requiere atención inmediata: el horario de apertura del restaurante. Solamente abren de jueves a sábado; desde las 4 de la tarde, excepto el sábado que abren desde las 2 p.m. Un menú que se mueve esencialmente por el espectro de lo que es un “brunch”, requiere que los comensales puedan degustarlo desde tempranas horas de la mañana. Son muchas las personas que antes o después de asistir al servicio en la iglesia de su preferencia en el área urbana de Arecibo, o durante sus gestiones de visita a oficinas médicas cercanas y otras diligencias, gustosamente podrían disfrutar de lo que ofrece CACAU. Valdría la pena que el establecimiento considere este aspecto y comience a pasear a los arecibeños por el delicioso mundo del amor al chocolate.